sábado, 7 de febrero de 2015

El proyecto camachista

Recuerdo aquellos finales de los 70 en que el CEN del PRI tenía un órgano de difusión llamado Pensamiento Político y se cubrían sus páginas con fervientes textos sobre el cambio, sobre los grandes retos del México de la siguiente década, en fin, entonces el señor Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, ya había dejado de ser la figura para convertirse en presidente del partidazo y el amigo, el último tlatoani (como él gustaba denominarse José López Portillo) estaba en la presidencia de la república.

Aquellos años en que el petróleo habría de hacer el cambio de México, en que Díaz Serrano recorría los bancos del mundo recogiendo maletas con dólares “para hacer del petróleo la palanca del desarrollo de México”, en esos años un grupito de “iluminados” hacía el “relevo generacional” de la revolución en el PRI.

Ellos habían egresado de la UNAM en 1970 (casi todos de economía) en donde se les conoció como “los toficos” por aquello de “que ricos son” y aunque Manuel Camacho Solís no pertenecía a una familia adinerada o tan adinerada como la de los otros miembros del grupo, se mantuvo ahí gracias a su capacidad e inteligencia.

El proyecto camachista (que muchos conocen y aseguran salinista) implicaba sacar a los abogados que desde Miguel Alemán habían tomado el poder e imponer la agenda económica en la administración pública, ya desde la administración echeverrista esa semilla se había sembrado con la presencia de Rosa Luz Alegría y su famoso proyecto para la matriz de insumo producto que le costó salir de las oficinas de la presidencia para convertirse en la primera secretaria del gobierno federal.

La estructura básica de este proyecto surge en 1971, con la Asociación Civil Política y Profesión Revolucionaria A.C.; que en la UNAM logró posicionar un amplio espectro, que tras los acontecimientos del 68 y considerando ese evento como trascendente, pretende proveer una visión de país a partir de la inclusión de las diversas visiones que en la UNAM se habían gestado durante la década anterior, al grupo igual se suman Emilio Lozoya Thalman (extrema derecha) que los hermano Araujo de la Torre (maoístas); ya en el PRI se apoderaron de la estructura editorial desde 1967 con diversas publicaciones en Pensamiento Político, órgano de difusión ideológica de ese partido.

La agenda económica se impuso en 1985 y el neoliberalismo económico entonces ya consolidado en Estados Unidos y Europa, con los Chicago Boys como salvadores de las economías capitalistas pero la nominación de Carlos Salinas en 1987 y su “modernizadora” administración, implicó su definitivo fortalecimiento, que además significó la purga del PRI del lenguaje nacionalista revolucionario.

Manuel Camacho Solís, se convierte de facto en el administrador político del salinato, es quien se “encarga” de los asuntos políticos relevantes; ya para entonces empieza a generar su propia agenda para asumir el país en 1994, él inicia su carrera política al integrarse al PRI en 1965 y ahí se relaciona con figuras como Carlos A. Madrazo y Rodolfo Echeverría Ruiz, además genera una relación cercana con el entonces Secretario Particular del Presidente Nacional del PRI, Manuel Bartlett DíazSu carrera pública nace en 1969 como analista en el Banco de México al lado de Ernesto Fernández Hurtado y Leopoldo Solís (al que llama “Tío” o “Maestro”) y en ella además logra entablar lazos con figuras como Fernando Solana Morales, Elba Esther Gordillo, Jorge Espinoza de los Reyes y Miguel Limón Rojas; que tenían visiones diferentes del país y del PRI, que representaban grupos al interior del partidazo y que alimentaban ya desde entonces posibles vínculos y aliados del grupo para su proyecto.

Pero la visión de país de Salinas (y de Camacho Solís y el grupito de modernizadores) implicaba necesariamente la permanencia del grupo en el poder, por lo que desde 1988 en que Camacho alcanza los primeros niveles de poder establece amplias redes como con George Soros, entonces uno de los hombres más ricos y ambiciosos del mundo (tarea  que realizó Juan Enríquez Cabot Lodge) además de estrechar sus vínculos con la élite intelectual mexicana como: Octavio Paz, Carlos Fuentes, Salvador Elizondo, Rafael Gutiérrez, Victor L. Urquidi, Enrique Krauze, Tomás Segovia, Gabriel Zaid, y con los investigadores Arnaldo Córdoba, Raúl Trejo Delabre, José Woldenberg y José María Calderón.

Hay evidencia suficiente para relacionarlo con el “levantamiento” del EZLN en enero de 1994 y cuando menos grandes sospechas de su participación en la caída del PRI en 2000.

Sin embargo, Carlos Salinas forjo, moldeó a su sucesor y cambió el rumbo de la estructura política en 1993; rompió con el pacto político establecido con Camacho y parte de “los toficos” para perpetuar su imagen y propiciar su visión de país, contra la de Manuel Camacho Solís.

Desde 1977, Marcelo Ebrard Causaubon es parte del proyecto camachista, de hecho, Marcelo es a Camacho, lo que Colosio fue a Salinas, la continuidad del proyecto personal.

Marcelo Ebrard ha transitado con Camacho de estructura en estructura (administrativa y partidista), ha sido una pieza que le hace conservar la esperanza de lograr la consolidación de su proyecto (aunque con 20 años de retraso) y es un peón que ha sabido mover y generarle una imagen de político moderno.

Hace tres años lo colocó en la antesala de la candidatura presidencial, bajo la imagen que se encargó de que la prensa nacional e internacional le diera de “izquierda moderna” pero sus ímpetus fueron enfriados con la segunda candidatura de Andrés Manuel López Obrador, ahora lo vuelve a lanzar (pese a que ya Manuel Camacho está muy enfermo) mediáticamente, a través de una defensa contra Los Pinos, y con la creación de un complot en su contra.

El proyecto camachista es como digo Marcelo Ebrard y una estructura de “izquierda moderna” ¿será?

SALUD

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