
Ahora su captura representa para Peña Nieto “una prioridad inaplazable” pues todo
el aparato y los recursos de la seguridad nacional se han puesto a disposición
de las estructuras de la Secretaría de Marina para esa actividad que desde la
perspectiva de las estructuras del poder dará credibilidad a un régimen ya de
por sí desacreditado.
Puedo decir que dejó de ser una prioridad para
convertirse en una necedad, en una obsesión, la obsesión del sistema, pero sin
mucha claridad en que logra la sociedad mexicana con esa detención; hoy México
está sumido en una crisis proveniente de tres factores básicos:
- Los inmensos niveles de corrupción existentes en todos los niveles de gobierno y la pasividad que la “autoridad” jurisdiccional tiene al respecto.
- El inmenso despilfarro de recursos públicos en acciones absolutamente innecesarias o completamente superfluas para una parte muy importante de la población.
- La inmensa incapacidad del sistema para crecer y agrandar la cobija social, de hecho esa imposibilidad de crecimiento económico nacional, conjugada con las otras dos fuentes del descontento, llevan a reclamos muy severos por parte de algunos sectores poblacionales.
- La guerra continúa y la violencia se exacerba, en amplias regiones del país, sin que haya capacidad para controlarla en el corto o mediano plazo.
Hay en el país muchos temas prioritarios desatendidos,
como la mejora de la calidad de los servicios como el desarrollo social, los educativos,
los de salud, los de previsión social y hasta los de trabajo.
Hay aletargamiento (apendejamiento decía doña boni)
en amplias estructuras de la administración pública federal, en muchas de las
estructuras legislativas locales y en las federales y hay definitivamente un
abandono en el poder judicial de todos los niveles de gobierno.
Recuerdo más de mil casos que no pasan de difusión
mediática, que se difunden tan profusamente que los mexicanos se hacen “expertos”
en mecanismos de impunidad. Pero ahora
la señora Arely Gómez (a la que por cierto ya no le creen ni en su casa, pues
asevera cosas que nunca se cumplen) sale a medios (sin saber leer) para hacer “un
recuento pormenorizado” de los “avances” en las investigaciones en
esa fuga.
Nos habla de detenidos y órdenes de aprehensión giradas,
nos dice que se “incautaron” inmuebles y equipos, nos señala que ya hay un “cerco”
(circo dice mi nietecita) en torno al señor de los subsuelos (como se
conoce ahora a El Chapo) pero su
estructura financiera sigue intacta y él continúa teniendo la protección
incondicional de amplias estructuras operativas de la misma PGR, del CISEN, de
la Policía Federal, del Ejército y hasta de la Marina.
La obsesión de Peña
por detener al fugado nos cuesta como país muchos millones de pesos diarios,
mientras se discute en el congreso la miseria presupuestal para Desarrollo
Social; el consumo de estupefacientes deja derramas de miles de millones de
dólares anualmente, que están bajo resguardo de las grandes instituciones
financieras nacionales y extranjeras, mientras los diputados “piensan”
cuando y cuanto pueden dedicar a acciones para la prevención de las adicciones.
Parece que las prioridades de esos gobernantes y las
necesidades de la población están tan alejados que simplemente nunca serán
alcanzadas; es hora de cambiar eso.
SALUD
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