Ancestralmente territorio indígena de México, ahí conviven
tlapanecos y mixtecos ―aunque también hay algunos amuzgos― va desde Acatepec
(colindante con Ayutla tan mencionada últimamente) hasta Xochihuehuetlán
(colindante con la mixteca oaxaqueña y poblana tan olvidada de siempre), son 19
municipios indígenas (según la caracterización del INALI, “gobernados” (casi siepre
por autoridades mestizas (que muchas veces ni hablan la lengua ni conocen las
costumbres indígenas)
Los escurrimientos hídricos dan nacimiento a cuando menos
tres ríos Río Nexpa, el Río Papagayo y el Río Sabana y es albergue de las
lagunas de Tecomate y Tres Palos; ellos viven y conviven con la lluvia, de
hecho su sistema agrícola se sustenta en ella.
Esas comunidades se han asentado en las laderas de los ríos
desde tiempos ancestrales y algunas de ellas aprovechan las afluentes como
única vía de trasporte de personas y mercancías.
Si como dice gobernación en Guerrero llovió en tres días lo
que normalmente llueve en un año, seguramente muchas de esas comunidades se
encuentran hoy en un verdadero estado de emergencia y si como dicen sus
autoridades autónomas “ninguna autoridad ha llegado a ellas”
pues estamos en un verdadero estado de desmadre.
La Jornada narra
hoy una reunión entre la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles y
autoridades locales (no municipales) en la que la señora Robles fue duramente
atacada por su falta de atención hacia esas comunidades, cosa que no es de
sorprender, pues ellos llevan siglos esperando el progreso de que tanto hablan
nuestras autoridades federales.
Pero esa espera les ha hecho comunidades muy cerradas que se
forjan y se defienden a partir de sus propias fortalezas, a partir de esas
fortalezas, de lo intrincado de sus territorios han propiciado un mecanismo de
defensa propio e independiente, que les permite mantenerse a salvo de la “modernidad”
Muchas de esas comunidades dieron cobijo durante la guerra sucia
(1970-1982) a miembros de la guerrilla, entonces fueron influenciados por aquellos
jóvenes para la defensa de su territorio, de su integridad y de su cultura.
Esas comunidades (exportadoras de mano de obra a los centros
urbanos nacionales y a los Estados Unidos) son remanso en medio de la vorágine y
sólo son visitadas por miembros de la comunidad que regresan a visitar a la
familia una o dos ocasiones en el año.
Hasta ellas llegan armas provenientes de esos centros
urbanos y de los Estados Unidos, que son celosamente resguardadas por la comunidad
y que servirán para defender aquellas cosas que la comunidad considera
valiosas.
Las afrentas históricas sufridas por esos pueblos de la
Montaña de Guerrero, no se compensan con despensas, ni siquiera con caminos o
escuelas, son ofensas tan graves que se guardan y se externan sólo cuando se
presentan estas oportunidades y las diferencias se
dirimen a base de enfrentamientos.
Tener en cuenta que un pueblo devastado por el agua y
olvidado por sus autoridades (desde la municipal hasta la federal) sólo puede
externar su descontento con actos violentos (equivales a la violencia del
olvido, la marginación, la falta de atención y otras muchas) es sólo una
posibilidad que no les cabe en la cabeza a los “administradorsetes” públicos,
por ello en lugar de atenderlos la señora Robles (como casi todos los otros)
voltean a reclamar al interlocutos con un “para eso me trajiste ¿para que me
ajusticiaran?” SALUD
No se dan cuenta que las válvulas de escape social están a
punto de reventar y creen que increpando a terceros, se resolverá.
SALUD