sábado, 15 de noviembre de 2014

Hora de poner lo mejor por México

Es necesario definir lo que cada uno queremos (seguramente habrá tantas visiones como mexicanos) y hacer de ese interés nuestra meta.
Les platico que hacia enero de 1994 después de los bombazos en Plaza Universidad un conocido, me dijo: “ya se armaron los madrazos, es hora luchar por lo que hemos hecho” (él hacía referencia a un tallercito que había puesto por la zona de Vallejo) así cada mexicano valora cada cosa que ha “hecho” y en función de lo que cree que va a hacer, hoy México es un crisol de “intereses” y sin lugar a dudas un espacio para la definición de los que no se hayan definido.
Muchos mexicanos creen (así de creer como la creencia religiosa) que un nuevo pacto contra la violencia (que incluya el ataque a la corrupción y la impunidad, SALUD) será la salvación de nuestro país; hay otros que consideran que logrando la renuncia de Peña Nieto y todo su gabinetazo, se puede lograr trastocar las condiciones de vida nacional; también hay quienes pensamos que el camino es cambiar todo, regresar unos 50 años en la historia y tomar otro camino, un camino económico de desarrollo interno.
Dicen que China hacia mediados de los 90 (apenas hace 20 años) decidió tomar ese camino y parece que le funcionó, aunque también dicen que los chinos trabajan como esclavos y apenas reciben salarios para sobrevivir, aunque el nivel de empleo es casi total (incluso importan fuerza de trabajo o exportan recursos para instalar actividad económica en cualquier otra parte del mundo.  En fin hay a quienes les parece bien y a quienes no.
Lo que sí es un hecho, es que México necesita algo (lo necesita desde hace más de 30 años) que le haga salir del marasmo económico en que está sumida su población (pues las estructuras burocráticas oficiales y privadas parecen estar ajenas a él) algo drástico (pues parece que los cambios que hemos hecho, no han servido)
Hasta hace unos años la connivencia entre las estructuras de “administración” pública y la criminalidad se realizaban sin contratiempo, había “espacio” para que ambos siguieran sangrando a los mexicanos, sin embargo desde mediados de los 90 (surgimiento del EZLN y cambio de rumbo de la China) la correlación de fuerzas se desequilibró y, por un lado, las “administraciones” perdieron capacidad de operación y las estructuras criminales tomaron las posiciones perdidas por los gobiernos.
Ante ello, los gobierno iniciaron una guerra contra las organizaciones criminales, tratando de restablecer el equilibrio mantenido, sin embargo, en la “guerra” de alcance limitado al atacar de manera frontal a los liderazgos y no a la actividad total, se descabezaron algunos cárteles y se detuvieron algunos líderes, pero lejos de lograr avances en el tema de seguridad, los indicadores siguieron empeorando, pues ante la falta de cabeza la hidra se regenera y lejos de un liderazgo vertical surgen liderazgos paralelos y mayor violencia hasta estabilizar la actividad.
Hoy hay vastos territorios en los que los grupos criminales son además los administradores gubernamentales (sin tratar ahora de entender que fue primero) y en los que la población está sujeta a todo tipo de arbitrariedades (desde el saqueo de sus recursos naturales y del erario, hasta ataques violentos como el que deploramos todos contra los normalistas de Ayotzinapa)
Pero eso que a nivel local es burdo y hasta grotesco, en el ámbito federal, en el país es también una práctica común, ahí los grandes potentados económicos someten a nuestros gobernantes (mediante soborno, mediante regalos o mediante la violencia real) para obtener o no dejar de tener sus prebendas, los criminales (que se disfrazan de empresarios) someten a nuestras instituciones (las mantienen sometidas) y somos los mexicanos la mayoría de ellos los que pagamos ese sometimiento.
No importa lo que tu pienses que haya que hacer, trata de hacerlo, manifiesta tu sentir, tu inquietud, has saber a los demás lo que quieres, México requiere de todas las ideas a lo mejor entre todas y todos los mexicanos podemos hacer un mejor país.

En lo personal, espero desde la trinchera que se que me va a tocar contribuir a esa mejora.
SALUD
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