Primero la anécdota: hacia mediados de septiembre de 1981 José López Portillo llamó a su despacho
a Javier García Paniagua (que dicen que
aparte de ser hijo de Marcelino García
Barrgán era amante de Ana López
Portillo, hermana del presidente) y le dijo algo así como “prepárate
voy a Cuba y a mi regreso será el destape” y verdaderamente, JLP se fue
de viaje, pero en el camino “las fuerzas vivas” del partidazo
destaparon a Miguel de la Madrid. Ya para la mitología política nacional queda
la versión de que a su regreso el señor García
Paniagua cacheteó a López Portillo. SALUD
Pues bien, el caso es que verdaderamente, parte de la nueva
guardia del Ejército Nacional de entonces veían en García Paniagua un verdadero riesgo de un estado putrefacto y la
descomposición de las estructuras sociales hasta el nivel de una guerra civil y
movieron algunos hilos para cambiar la decisión presidencial, aunque muchos
dicen que en realidad desde el principio se había “acordado” que fuera De la Madrid y que la plática entre los
personajes, fue sólo para hacerle ver al hijo del general que “algo
había pasado”
Pues ahora sí que “aiga sido como aiga sido” o sea como
sea, el caso es que fue y que ya entonces había riesgo de una revuelta social
consecuencia del nivel de involucramiento del gobierno con las estructuras del
crimen organizado.
Hoy grandes grupos de las fuerzas de Seguridad Nacional
(Marina, Ejército y Fuerza Aérea) observan en la realidad nacional no sólo
muestras de “debilidad institucional y descomposición del ambiente social”
sino “focos de violencia social estructural en amplios sectores poblacionales
de amplios franjas del territorio nacional” y para rematar señalan “una
severa debilidad de las instituciones nacionales y poca capacidad de las
estructuras de seguridad pública local para repeler, controlar y someter
movimientos subversivos” SALUD
Estas estructuras del Ejército revisan si la salvaguarda de
la integridad nacional, alcanza para intervenir en el presente asunto, lo que
significaría un golpe de estado.
Independientemente de los jaloneos que entre los mandos de
las estructuras de Seguridad Nacional se están dando, hay síntomas de una grave
situación y poca capacidad estructural para hacerle frente, hay riesgo de una
guerra civil o un golpe de estado.
Parece que es hora de que la sociedad inicie la
estructuración de un programa nacional ante la eventualidad de cualquiera de
los escenarios y organice una gran campaña de concientización poblacional que
permita la consecución de un mejor México.
Es hora de que se convoque a un gran congreso social (sin
intervención gubernamental) para recoger y ordenar las demandas, para
estructurar un gran programa de recomposición del tejido social y para
garantizar que nuestro México siga caminando por el camino de la paz hacia el
progreso.
Aunque es ese camino el deseado, no debemos descartar la
posibilidad de un cambio brusco, no en lo inmediato, pero sí tras agotar las
posibilidades.
México está en riesgo, los mexicanos no podemos seguir
siendo presa de los políticos, es hora de actuar.
SALUD
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