Hacia
marzo del año pasado escribí Duarte,
lastre apestado y entonces decía “el
poder local en Veracruz, es una disputa de bandas” y parece que
ahora está demostrado.
En
agosto siguiente presenté Duarte
chivo expiatorio, que concluía con la sentencia: “él
será el sacrificado del régimen, se convertirá en el expiatorio de todos los
pecados de 0.1% de corruptos priistas” (en clara alusión a la alocución
de Enrique
Ochoa Rez y su robo legal)
Finalmente,
en octubre pasado coloqué en este mismo espacio Otro
que se va (IMPUNIDAD), en el que describí el manto de impunidad y
protección que se había acordado para este personaje.
Ya
una vez detenido (hace más de dos meses) y parece que repuesto, sonriente,
bromista, con un look jovial y hasta irónico, aceptó allanarse (que en este
caso significa aflojó el cuerpo o se puso expedito y transitable) al proceso de
extradición por las acusaciones del orden común realizadas por la Fiscalía de
Veracruz.
Desde
finales de 2016 en términos mediáticos, Duarte
se convirtió en el villano favorito, aunque el finísimo
señor Yunes dice que le va a borrar la sonrisa, en realidad ya los
recursos exfoliados del gobierno de Veracruz, las propiedades y hasta las obras
de arte adquiridas por Duarte están a buen resguardo y lo más que puede pasar es
que permanezca tres años en un proceso legal y luego sea liberado.
El
allanamiento (que en este caso tiene la connotación de superar la dificultad o
inconveniente que se tenía) logrado por la autoridad veracruzana para que el
ladronzuelo con manto de impunidad y sonrisa de arcángel proviene de “acuerdos”
previos para asegurarle no ser tocado en su patrimonio y en su integridad
personal.
Los
intermediarios en el “acuerdo” entre Yunes y Duarte fuero
nada menos que Gerardo
Buganza Salmerón y Reynaldo
Escobar Pérez; exsecretario de Gobierno y exprocurador de Duarte y también ligado a Fidel
Herrera y al narcotráfico en tierras veracruzanas desde hace más de una
década.
En
términos llanos (que en este caso tiene el significado de simple) se trata de
montar un gran teatro para no hacer justicia, se trata de poner un teatro para
embellecer a Yunes y allanarle (que
ahora significa limpiarle el camino) para una candidatura común del PAN-PRD a
la presidencia en 2018.
Dice
un conocido (saludos toñito) que Duarte tiene la garantía de permanecer en una zona aislada (con
cierto nivel de privacidad y lujo) del penal de Topo Chico, en una de esas
celdas que fueron desocupadas por los presos (con billetes y poder) federales
trasladados a penales de alta seguridad, tras ser allanado (que aquí implica
revisado) el citado penal por fuerzas federales de seguridad hace unos 6 meses.
La
misma fuente me indica que no habría cargos contra su esposa y que los recursos
(ahora puestos a buen recaudo en Islas Canarias) las cuatro propiedades en
Estados Unidos y la de Paris y las obras de arte depositadas en cajas de
seguridad de una institución financiera nacional y dos estadounidenses; serían incautadas
(es más ni siquiera estarían en la litis)
Sólo
me pregunto que tanto piensan que eso ayudará realmente a Yunes o a Peña en 2018, aunque
puede ser que se allane (quiero decir caiga) el teatrito
SALUD
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