Los “grupos del crimen organizado” están en el estira y afloja, para ganar terreno, el terreno que perdieron con la protección que la pasada generación de “administradores de la justicia” ofreció a uno de ellos.
La lucha por los territorios urbanos es la más notoria, pues genera zozobra entre capas de población media y pensante, se convierte en una ”calamidad” para las autoridades y fácilmente genera malestar en los grupos sociales que mayor respuesta presentan ante ese tipo de eventos y con mayor descontento ante la situación de inseguridad en que vivimos.
El control de daños, de los encargados ahora parece ser “pues la violencia no se va a acabar pronto, es más no sabemos cuando se va a acabar” (si es que se va a acabar) pues todo hace suponer que el alineamiento de la actual “administración” federal es hacia el cartel del Golfo y que la guerra entre ellos, como decía el borrachín, no será de unos días.
Ya Monterrey (y su zona conurbada) se encuentra bajo muy fuertes presiones los grupos delincuenciales que ahí operan y parece que la zona conurbada del Distrito Federal también, además hay que agregar la violencia desatada en el Bajío y el corredor Vallarta-Querétaro.
Es decir una franja territorial del país que va desde el DF y hasta la frontera noreste (Tamaulipas) y desde el DF hasta Manzanillo.
El centro como eje económico de las actividades delincuenciales, la frontera de Tamaulipas como paso de mercancía a los Estados Unidos y la costa del Pacífico, como entrada y salida de mercancía de y hacia Asia y (quizá de ahí a Europa)
Se han convertido en puntos estratégicos y neurálgicos para los grupos en pugna, no será sencillo controlarlos y considerando un retorcido esquema de seguridad nacional, piensan que con maniobras de control carretero (esperemos que bien pensadas) estarán inhibiendo la incursión de la delincuencia, aunque mi experiencia me dice que ya el grupo delincuencial que será protegido, ofreció información de de la rutas usadas por las contrapartes y esperan (como principio de a administración foxista) grandes decomisos carreteros, hasta que los gringos los paren diciéndoles: “aquí hace falta la droga pues si la detienes en tu territorio me generas un grave problema en mis consumidores”
Insisto, la mejor estrategia es garantizar que TODA la droga cruce territorio nacional, que no se quede UN GRAMO aquí y que ellos se peleen en lo obscurito (o se pongan de acuerdo) para evitar violencia local, APLICAR la ley y NADA MÁS que la ley a TODOS los asesinos, secuestradores y extorsionadores y veremos inmediato retraimiento de esas actividades.
SALUD
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