Desde
el despectivo terminajo ocupado por las “instituciones” de seguridad social
de nuestro país para referirse a la renovación de los derechos de los
pensionados, había (aun hay) un dejo de menosprecio al beneficiario de ese
DERECHO, de ese beneficio que los mexicanos creamos, alimentamos y nos dimos,
como parte del Estado solidario que privó el desarrollo postrevolucionario; “supervivencia” así como “a
pesar de su edad lo logró” o “muéstrenos que sigue vivo”, aunque
quizá tengan algo de razón en cuanto al término, pues la mayoría de los
pensionados de esa instituciones reciben recursos apenas para su supervivencia.
SALUD
Desde hace unos meses anunció primero el IMSS y después
el ISSSTE que habían “decidido” que ya no sería dos veces
al año y parece que ya a partir de noviembre se elimina ese muy tedioso, pesado
e innecesario trámite para los ancianos pensionados de este país, pues todos
los familiares de los pensionados que fallecen recurren (de manera inmediata) a
la “institución” a dar aviso del deceso y finiquitar lo que haya que
finiquitar.
Pues bien, el 1 de septiembre la tarjeta bancaria de mi
suegro ya no funcionaba (estaba vencida) y acudimos (como es normal) a una
sucursal en la que sin mayor trámite realizaron el trámite de una nueva cuenta
bancaria (pues según Banamex, ese producto ya no era rentable para ellos) y nos
entregaron de manera inmediata el contrato, un nuevo plástico y una hoja con la
Clabe Interbancaria, para que se llevara al IMSS y este realizara el cambio de
cuenta para el depósito de la pensión.
El día 2 de septiembre realizamos nuestro primer
peregrinar a las oficinas de la Subdelegación 2 del IMSS en Santa María la
Rivera y tras “explicar” el caso a la señorita (porque en el gobierno como
decían los reconocidos filósofos populares “chava” Flores y Marco A. Almazán ellas son señoritas y ellos licenciados, excepto Fausto Alzati ahora en desgracia) nos
entregó una ficha (con el número 19) para la ventanilla 22.
Esa ventanilla atendía el turno 11 y pues armados de paciencia
(un hombre de 87 años y yo) nos sentamos pacientemente a esperar que otra señorita
gritara (a grito pelón, como en feria de pueblo) el número 19.
Ya frente a la muy ineficiente servidora pública, nos
leyó una serie de documentos que había que llevar para tener derecho a la pensión,
tras su retahíla le expliqué que el señor ya tenía la pensión, que la tajeta
bancaria había vencido y que sólo estábamos interesados en avisar respecto de
la nueva cuenta bancaria en que debían depositar la pensión de marras.
Pese a ello, se volvió hacia un lado para gritar 20 y nos
indicó (muy amablemente) regresar cuando tuviéramos TODOS (en un tono muy
elevado) los documentos en original y copia.
Eso pasó el siguiente lunes 7 de septiembre, en que nos
tocó el turno 34 y estaban atendiendo el número 29, pues cuando llegamos con
nuestros dos paquetitos de documentos para realizar el trámite, nos salió con
que hacía falta la credencial de elector de la “beneficiaria” de la cuenta
bancaria.
Entonces pregunté ¿cuál es la necesidad de ese documento?
Y su fabulosa (así) respuesta fue “porque se necesita” y ya
verdaderamente molesto y en tono irónico dije “se necesita por que a usted le da
la gana que se necesite”. SALUD
Pues bien el siguiente día regresamos con el “documento
y su copia” y entregamos todos los documentos (a otra señorita) para
que nos informara que “en noviembre ya va a poder cobrar en esta
cuenta, por lo pronto, en octubre tiene que ir a sucursal con su tarjeta vieja”,
pero sorpresivamente, el día de ayer mi suegro recibió una llamada telefónica
para decirle (indicarle u ordenarle) que debía ir a “arreglar sus papeles”
quien llamó, no dejó nombre, quien llamó no indicó que papeles, quien llamó no dio
más explicación que preséntese.
Hoy nos armamos de valor y nos dirigimos nuevamente a
visitar a tan eficientes empleados públicos y tras volver a explicar el caso en
la ventanilla correspondiente, nos entregaron el turno 13 (estaban atendiendo
el 9) y finalmente llegamos ante las “eficientísimas” empleaditas para que
nos dijeran “le faltó su clave interbancaria” (documento que entregamos
desde el día 8 pasado)
Muy molesto y notoriamente contrariado le dije quédese
con esa y nos retiramos, sólo para ver si dentro de unos días no los hace falta
algún otro documentito.
Claro, mientras tanto, ya no venga a la supervivencia,
ahora venga a cambiar su cuenta bancaria y tantas veces como nosotros lo
queramos.
SALUD
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